¡Un carnaval
espectacular!

Un carnaval
espectacular!

Bruna y Jac han tomado el Globus dirección a la Venecia del siglo XVIII.

¡Venecia vista des del cielo, con tantos canales, parecía un laberinto!

A medida que se acercaban, han visto que los canales estaban llenos de góndolas que navegaban arriba y abajo. Y cuando estaban más cerca todavía, se han dado cuenta que todo el mundo iba disfrazado con vestidos elegantes de volantes, y con unas máscaras muy bonitas de porcelana , piel o vidrio.

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"El carnaval de Venecia"
de Paganini

Al aterrizar, los dos hermanos han aparcado el Globus detrás de unos árboles y después se han disfrazado con unos vestidos de colores llamativos y unas máscaras majestuosas. Fritz se ha puesto una máscara fucsia.

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Bruna

Bruna

Con Jac queríamos ir a la fiesta de disfraces de la Plaza San Marco, así que nos hemos montado en una góndola. y nos hemos adentrado por canales que pasaban en medio de callejones encantadores.

El gondolero ha empezado a cantar una ópera.

¡Ooohhh... sonaba muy bien!

De repente yo también me he puesto a cantar. No entendía porqué tenía tantas ganas. Cada vez cantaba más y más fuerte. He probado de explicárselo a Jac, pero las palabras no me salían...

¡No podía parar de cantar!

Jac

Jac

Yo estaba tan tranquilo, mirando como los remos removían el agua, y no oía el canto del gondolero porque llevaba puesta mi gorra de aviador. Fritz se ha escondido debajo mi traje, como si tuviera miedo de alguien.

He visto que Bruna me miraba e intentaba decirme alguna cosa. Me he sacado un momento la gorra para escucharla, pero Bruna no dejaba de cantar. ¡Desafinaba un poco!

¡Jijiji!

Así que me he puesto la gorra otra vez. Bruna me miraba con las cejas levantadas y negando con la cabeza.

¿Qué le pasaba?

¡Bruna parecía hechizada!

¿pero de qué?

Me he fijado que el gondolero cada vez cantaba abriendo más la boca, como si quisiera que su música también llegara a mí; y de repente lo he entendido todo...

¡La ópera del gondolero había

embrujado a Bruna! ¡Pero a mí no

porque llevaba puesta la gorra de aviador!

Bruna

Sin pensarlo dos veces, he cogido a Bruna de la mano, he agarrado muy fuerte a Fritz con la otra mano, hemos saltado de la góndola y hemos corrido hacia la plaz.

Gondola

Cuando hemos llegado a la plaza, Bruna por fin ha podido dejar de cantar y ha exclamado:

“¡Me he cansado de cantar,

ahora quiero bailar con este bonito vestido!”

Bruna ya volvía a hablar. ¡Ufff!

La plaza estaba repleta de gente bailando, saltando y riéndose. Una mujer con máscara de pájaro nos ha dicho que nos había visto montados en la góndola de un bromista.

Bruna y yo le hemos preguntado

quién era aquél gondolero:

era un personaje del Carnaval de Venecia que se llamaba Arlequino, famoso porque le gustaba mucho gastar bromas.

Y que seguro que con su canto de ópera pretendía que tanto Bruna como yo terminásemos afónicos de tanto cantar.

¡Suerte que habéis saltado a tiempo de la barca,

si no ahora no tendríais ni pizca de voz!"

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como hace malabares el Arlequin!

Hemos reído contentos de habernos salvado del bromista y luego nos hemos sumado al baile de disfraces. Bruna bailaba agarrándose las faldas y yo daba brincos con Fritz entre todos aquellos vestidos, que nos hacían cosquillas en las mejillas.

¡Ha sido divertidísimo!

De repente Bruna ha dicho:

"¡Tendríamos que volver, ya oscurece y mamá seguro que pronto nos llamará para cenar!".

Nos hemos montado en el Globus y cuando hemos llegado a casa ya teníamos la cena encima de la mesa.