Los tesoros escondidos
del Algarve

Bruna y Jac han llegado volando a la costa del Algarve, en Portugal. ¡Qué paisajes tan bonitos! ¡Playas de azules intensos rodeadas de acantilados con cuevas!

Han aterrizado el Globus en una playa. Entonces, han visto a un pescador sentado en el muelle que parecía preocupado y se han acercado. Le han preguntado qué le pasaba y el pescador ha murmurado:

"Tengo que ir a pescar, pero hoy
no me puede acompañar nadie,
me he quedado sin tripulación"

Y Bruna ha exclamado:

"¡Pues, si quieres, vamos
nosotros tres y te ayudamos!"

El pescador, contentísimo, ha respondido que sí y ha ido enseguida a buscar unas botas de agua y un impermeable para cada uno.

Cuando ya estaban en el mar, el pescador ha enseñado a los dos hermanos y a Fritz cómo coger la caña y cómo enganchar el cebo en el anzuelo.

Era una actividad que requería mucha concentración y paciencia.

¡Y lo han hecho de maravilla!

De repente, Jac ha gritado:

"¡He pescado algo!
¡Pero me cuesta recoger el sedal!"

El pescador le ha echado una mano y, mientras iban girando el carrete, han visto que no se trataba de un pez, que era algo redondo y brillante.

"¿Qué podía ser?"

Por fin han conseguido sacarlo. ¡Era una brújula dorada!

La han abierto y una oleada de flechas ha salido disparada en diferentes direcciones. ¿Qué señalaban?

El pescador les ha explicado que
marcaban las rutas marinas
de los viajes de Vasco da Gama.

Vasco da Gama fue un explorador portugués que comerciaba con las especias de Oriente a principios del siglo XVI. Y ellos, seguramente, se habían puesto a pescar justo encima de un barco que se hundió hace siglos. ¡Guaaau!

¡O sea, que la brújula
era un objeto histórico!
¡Qué gran hallazgo!

Fritz ha saltado al hombro de Jac y ha empezado a darle golpecitos con la pata. “¿Qué quieres, Fritz?”, le ha preguntado Jac. Fritz le ha señalado el mar, justo debajo de la barca.

Le estaba pidiendo que explorasen el fondo marino, tenía ganas de ver el barco hundido. “¡Vale, vamos!”, ha respondido Jac con entusiasmo.

Y ambos se han lanzado al agua sin pensárselo.

Cuando Bruna los ha visto, ha exclamado:

"Pero ¿qué hacéis? ¡El barco
debe de estar a mucha profundidad!"

Pero el pescador la ha tranquilizado:
“No hay muchos metros de profundidad en este punto”.

Jac y Fritz han ido sumergiéndose hasta que han visto el barco. ¡Era inmenso! Estaba hecho de madera y tenía algunos agujeros en el casco, pero todavía estaba entero. Incluso tenía una vela colgada del palo mayor.

¡Era increíble!

Jac y Fritz lo han estado observando con atención. De repente, Fritz ha corrido a buscar a Jac. Con la pata, lo ha cogido por el impermeable, lo ha sumergido más abajo y le ha señalado un punto en el que el barco topaba con la arena. Jac se ha fijado bien y ha visto que el ancla del barco estaba enganchada. Como se les estaba acabando el aire, han vuelto a la superficie y se han subido a la barca del pescador.

Cuando ya estaban en la barca, les han explicado a Bruna y al pescador lo que acababan de ver en el fondo del mar. “¿Y si probamos a desenganchar el ancla?”, ha propuesto Jac. Bruna lo ha visto difícil porque hacía siglos que el barco estaba hundido. Pero el pescador los ha animado:

"Tengo unas tenazas en la barca. ¿Y si os las dejo
y probáis a cortar la cadena del ancla?"

Cuando ha visto las tenazas, Bruna ha pensado que tenían que intentarlo. ¡Y se ha lanzado al agua con decisión! Ella se ha sumergido como un rayo y ha ido directa hacia donde le habían indicado que estaba el ancla. Cuando la ha encontrado, ha empezado a usar las tenazas para romper la cadena.

¡Y ha sido muy fácil!

Se han abierto enseguida y han separado el barco del ancla. Entonces, los dos niños y Fritz se han apartado y el barco, como por de magia, ha empezado a subir. ¡Se estaba dirigiendo hacia la superficie del mar!

Los dos hermanos y Fritz han podido ver cómo llegaba el barco de Vasco da Gama a la superficie y cómo se ponía a navegar mar adentro. ¡Un barco del siglo xv que volvía a navegar!

De lejos, Bruna ha visto que en la proa del barco se veía inscrita una letra “E”, como si fuera la inicial del nombre del barco. El resto de las letras se había borrado, así que le ha preguntado al pescador si podía ser la nave llamada Esmeralda, con la que Vasco da Gama llegó a la India. Y el pescador le ha respondido que probablemente, ¡habían descubierto la nave más famosa de uno de los navegantes más importantes del mundo!

¡Guaaau!

Al cabo de un rato, las agujas de la brújula han empezado a girar como locas y después todas han señalado hacia la misma dirección. Estaban marcando la ruta de vuelta a casa.

¡Claro, es que ya era tarde! Los dos niños y Fritz se han despedido de su nuevo amigo pescador y se han puesto en marcha. Tenían que llegar a casa a tiempo para la cena.