El concurso más
delicioso de Italia

Bruna y Jac estaban sobrevolando la Italia de la época del Renacimiento cuando han decidido aterrizar el Globus en una ciudad que tenía unos monumentos preciosos.

¡Era Florencia!

Entonces han visto una casa muy lujosa, llena de detalles, y se han acercado. Fritz ha olido un aroma delicioso que venía de dentro y, como la puerta estaba abierta, han entrado y han seguido el olor hasta llegar a la cocina.

Allí se han encontrado a un cocinero que estaba tan atareado que no se ha dado cuenta de que tenía a los niños detrás. El cocinero estaba mezclando huevos, leche, nata, fruta y hielo con un cucharón en un bol. De repente se ha dado la vuelta, ha visto a los niños y ha exclamado:

"¡Hola! Habéis entrado porque
habéis olido un aroma
exquisito, ¿verdad?"

Fritz ha dicho que sí con la cabeza. El cocinero se ha presentado, les ha dicho que se llamaba Ruggieri, y les ha explicado que estaba preparando un postre que nadie había hecho nunca antes.

Era un postre helado y lo quería presentar a un concurso de cocina llamado "El plato más singular que se haya visto jamás". Era un concurso que organizaba la familia Médici,

¡los gobernadores
de Florencia!

Jac ha preguntado:

"¿Lo puedo probar?"

Y el cocinero le ha respondido que sí, que lo podían probar los tres. Lo han probado y...

¡era helado!

Pero Fritz ha puesto una cara extraña, tenía un gusto amargo...

Entonces Bruna ha visto un bote de miel sobre la mesa y ha tenido una idea:

"¿Y si lo endulzas?"

Ruggieri ha añadido miel al helado y, cuando lo han vuelto a probar, se han quedado maravillados. Igual que la familia Médici, que ha dado el primer premio del concurso a Ruggieri.

¡Viva! ¡Ruggieri se ha
convertido en uno de los mejores
cocineros del Renacimiento!

Cuando el concurso de cocina ha terminado, un hombre se ha acercado a los dos hermanos y les ha dicho:

"¡La familia Médici me ha encargado
un cuadro y ahora, al veros,
me ha venido la inspiración!"

Bruna y Jac le han preguntado por qué y el hombre les ha contestado que ellos le habían recordado a dos ángeles. Luego ha añadido:

"¡Me voy a pintar!
¡Gracias por inspirarme!"

Al lado de los niños estaba uno de los hermanos Médici, Lorenzo de Mèdici, que ha sonreído y les ha explicado que el pintor se llamaba Sandro Botticelli y que hacía días que le habían encargado un cuadro, pero había dejado de pintar porque no estaba nada inspirado. Entonces, Lorenzo ha añadido:

"Pero parece que, gracias a vosotros,
por fin tiene ganas de crear!"

Y a continuación les ha preguntado:

"¿Queréis acompañarme a su
estudio y así veis cómo pinta?"

Los niños, entusiasmados, han respondido a la vez:

"¡Sí!"

Y eso han hecho. Han seguido a Lorenzo hasta la puerta de un taller que había detrás del patio de la casa Médici.

Para no molestar al pintor, los dos hermanos y Lorenzo se han subido a un banco que había en el patio y lo han observado por la ventana. Fritz ha trepado hasta la cabeza de Jac y ha estirado el cuello hacia delante.

Botticelli estaba haciendo un esbozo de un cuadro. En un lado estaba dibujando a dos ángeles que soplaban, en el centro había dibujado a una chica muy bonita sobre una concha, y, al otro lado, a otra chica con un vestido largo.

Lorenzo, que miraba la obra con mucha atención, ha explicado a los niños y a Fritz quiénes eran los personajes del dibujo:

"A la izquierda hay dos ángeles soplando que, en realidad, son el dios del viento, que se llama Céfiro, y abrazada a él, la ninfa de la brisa,

que se llama Cloris; en el centro está la diosa del amor, Venus; y a la derecha, la ninfa Primavera, que espera a Venus en la playa para taparla con un manto de flores"

Bruna ha exclamado:

"Ooohhh... ¡qué bonito!
¡Parece que sople el viento de verdad!"

Lorenzo ha contestado que era uno de los cuadros más bonitos que había visto en su vida y que seguro que pasaría a la historia por su belleza.

Ya era hora de marcharse. Los niños y Fritz se han despedido de Lorenzo, después han ido a decir adiós a Ruggieri y han vuelto a montar en el Globus cargados con una caja de helado que su amigo cocinero les ha regalado. Por el camino a casa comerían un poco.

¡Mmm...!