Bruna y Jac, vestidos con unas túnicas sujetas a la cintura, han sobrevolado con el Globus la Atenas de la antigua Grecia.
Han aterrizado en el ágora, una plaza cuadrada llena de comercios y puestecillos, y rodeada de columnas. Mientras paseaban se han encontrado frente a un taller con las puertas abiertas.
Los hermanos no han podido resistir la curiosidad y han entrado...
Estaba lleno de herramientas como cinceles, raspadores y limas, de piedras de mármol; de moldes y de esculturas.
¡Era el taller de un escultor!
Poco a poco se han ido adentrando en el taller, hasta que se han topado con un escultor que estaba picando mármol. Cuando el artista los ha visto, ha abierto unos ojos enormes. Bruna le ha preguntado:
"¿Te hemos asustado?"
Y el escultor ha respondido:
"No, no, ¡ni mucho menos!"
Entonces les ha:
"Es que necesito dos modelos
para hacer unas esculturas
para un nuevo templo en la Acrópolis"
Y ha añadido:
"¡Y me he quedado maravillado
porque sois justo lo que buscaba!"
Ambos hermanos han aceptado entusiasmados. Bruna y Jac han posado para el escultor. Han hecho varias pruebas en diferentes posturas: de deportistas, de héroes, ¡e incluso de dioses!
El artista, empleando diferentes herramientas, ha esculpido una escultura de cada uno de ellos: Bruna, de diosa, y Jac, de lanzador de disco.
¡Haz clic!
¡Ahora sólo quedaba pintarlas!
Los hermanos no sabían que las esculturas griegas también se pintaban.
Cuando el escultor ha terminado de trabajar, se ha dado cuenta de que no tenía pinceles.
¡Jac ha tenido una idea!
Le ha cuchicheado algo a Fritz y después le ha cogido la cola, la ha mojado dentro del bol de pigmento y la ha usado para pintar su escultura.
¡Las esculturas
han quedado preciosas!
El artista ha sonreído orgulloso y Fritz también.
En ese momento el artista se ha acordado de que tenía pendiente hacer los dibujos de las últimas piezas de cerámica que había producido y ha pensado que quizá Fritz podía echarle mano.
¡Y así lo han hecho!
Fritz se lo ha pasado la mar de bien ayudando al escultor a dibujar figuras de personas y de animales en las ánforas de cerámica.
¡Haz clic en cada una
para ver cómo han quedado!
Bruna y Jac se han quedado fascinados y le han preguntado al artista si ellos también podían hacerlo. El escultor les ha dicho que, si querían, podían coger arcilla y hacer piezas nuevas.
¡Los niños no se lo han
pensado dos veces!
Han cogido la arcilla y han empezado a amasarla.
"¿Cómo tenemos que hacerlo?"
ha preguntado Jac mientras se miraba las manos embarradas.
Entonces el escultor les ha enseñado a hacer las piezas: primero hay que amasar bien la arcilla para expulsar las burbujas de aire y, a continuación, hay que colocarlas en un torno que hay que hacer girar para darle forma a la arcilla.
Jac ha hecho una hidria, una jarra con tres asas, y Bruna, un esquifo, una taza para beber.
¡Para ser las primeras piezas
de cerámica que hacían,
tenían buena pinta!
El artista les ha explicado que después tenían que dejar secar las piezas durante dos semanas y luego podrían pintarlas y cocerlas en el horno.
Pero los hermanos no se podían esperar dos semanas, tenían que volver a casa antes de la noche, y han decidido regalarle la cerámica al artista.
él, como muestra de agradecimiento, los ha invitado a comer musaca.
¡Ñam, ñam!
¡Qué buena, se deshacía en la boca!
Antes de despedirse para subir de nuevo al globo, Bruna ha hecho una fotografía de Jac junto a su escultura de lanzador de disco.
¡Eran como dos gotas de agua!
Bruna ha pensado que cuando llegara a casa pondría la foto en el álbum de viajes.