Van Gogh
y los quesos

El pintor enamorado
de los quesos

Bruna y Jac han viajado con el Globus al año 1882. Esta vez querían descubrir Holanda, un país de Europa, vecino de Bélgica y de Alemania.

¡Es preciosa!

Toda llena de canales y calles adoquinadas con personas que llevan carros o que montan unas bicicletas muy curiosas, con unas ruedas enormes.

¡Haz clic en la imagen y descubre qué pasa!

Los dos hermanos, vestidos con trajes típicos de la época, han aparcado el Globus en un canal, una especie de río que va por dentro de la ciudad. Fritz no ha dejado de quejarse en todo el viaje: ¡Tenía mucha hambre! Así que han decidido entrar en una quesería… ¡llena de quesos hasta el techo!

¡Uau!
¡Cuántos quesos juntos!

El tendero estaba muy ocupado, tenía la mesa llena de encargos para repartir. Bruna le ha preguntado si lo podían ayudar y el tendero les ha respondido que si lo hacían les regalaría un queso Gouda para Fritz.

¡Dicho y hecho!

¡Encuentra los elementos clicables!

Cuando Fritz se ha quedado satisfecho, el tendero les ha dado un paquete con quesos y unas bicicletas de época para ir a repartirlo.

¡Qué bicis más curiosas,
eran bastante difíciles de dirigir!

¡Clica!

En el paquete había una nota que decía: "Calle Schenkweg, 138. Para V.G.".

¿Qué querría decir V.G.?

Cuando han llegado a la dirección que indicaba el paquete, les ha abierto la puerta un señor pelirrojo. Bruna se lo ha quedado mirando fijamente y lo ha reconocido:

“¡Anda, si eres Vincent van Gogh!
¡Un pintor muy famoso!”.

¡Clica!

El pintor, sin mediar palabra, les ha arrebatado el paquete de las manos y ¡se ha comido los quesos en un santiamén! Cuando ha terminado, y ya más tranquilo, les ha explicado que algunas veces está tan y tan inspirado que se pone a pintar sin parar, ¡día y noche! ¡Y ni se acuerda de comer!

“¡Qué estrafalarios que son los artistas!”

Luego los ha invitado a entrar en su estudio, donde pinta sus cuadros. Era una habitación desordenada, con utensilios de pintura por todas partes y llena de cuadros apilados por las paredes.

¡Qué bonitos!

¡Clica cada cuadro!
¡Clica cada cuadro!

Van Gogh les ha explicado cómo se llamaba cada uno de los cuadros y cómo los había pintado. En muchos de ellos había hecho pinceladas anchas y rayas gruesas de pintura muy exageradas.

Mientras tanto, Fritz estaba tan maravillado con los cuadros que se ha distraído y ha acabado mojando una pata dentro de un bote de pintura azul.

¡Qué despistado!

Con la pata toda mojada, ha ido hacia un rincón de la mesa donde había una tela blanca y se ha puesto a pintar! Movía la pata arriba y abajo como si fuera un pincel.

Van Gogh miraba qué hacía Fritz con los ojos como platos. Y ha dicho:

“¡Caramba Fritz! tienes madera de pintor, ¡has pintado una pintura abstracta muy original!”.

Era un dibujo muy extraño, con todo de círculos azules, pero muy bonito.

¡Clica a Fritz para ver
las manchas que ha dibujado!

Van Gogh, al verlos muy inspirados, les ha propuesto coger las bicicletas e ir a un campo donde podrían pintar un paisaje increíble. Bruna y Jac no se lo creían ¡podrían pintar con Van Gogh! Así que, ni cortos ni perezosos, han cogido las bicicletas y se han dirigido hacia un campo de trigo amarillo como el sol.

Una vez allí, han montado unos caballetes de madera, han colocado unas telas encima, han abierto las cajas con pinturas y pinceles y se han puesto a pintar.

Fritz ha pintado unos círculos naranjas, Bruna ha dibujado las montañas que veía al fondo, Jac ha pintado unas casetas estaban en la cima de una colina y Van Gogh ha plasmado el campo de trigo con un segador.

¡Qué gran obra de arte!

Bruna estaba tan contenta que no podía dejar de sonreir.

“¡Qué pasada!”

"¡Qué suerte poder estar pintando
junto a Van Gogh!”.

Ha oscurecido y los hermanos tenían que regresar a casa, así que se han montado en las bicicletas para ir a buscar el Globus. Suerte que la luz de la luna les iluminaba el camino. De repente, Van Gogh se ha parado y les ha dicho:

“Un momento, ¡quiero pintar
esta noche tan espléndida!”

Y en un momento ha pintado un paisaje espectacular; todo azul, con remolinos grises y con círculos amarillos que rodeaban la luna y las estrellas.

¡Ooohhh!

Después de pasar un día fantástico con Van Gogh, se han despedido de él y de Holanda y han ido a coger el Globus.

Una vez en casa, Bruna y Jac han descubierto que los dos cuadros que el pintor ha pintado con ellos son importantísimos.

¡Clica para saber sus nombres!

Campos de trigo con segador

La noche estrellada

“¡Qué emocionante!
¡Nosotros vimos como los pintaba!”