Han invitado a comer a Bruna, Jac y Fritz, que han aceptado la invitación muy contentos. Se han sentado todos a la mesa, al calor de la hoguera, han echado el chocolate en unas cacerolas que se calentaban en el momento mientras iban mojando en ellas unos pinchos con trozos de piña, fresa, melón y manzana.
¡Una comida buenísima!
Empezaba a oscurecer, y los dos hermanos y Fritz tenían que volver a casa. Antes de marcharse, Jac le ha pedido un poco de chocolate al maestro chocolatero y lo ha guardado como un tesoro durante todo el viaje de vuelta en el Globus. Al día siguiente lo compartiría con sus amigos de la escuela!
¡Qué contentos se pondrían!