El Sol
de Medianoche

La magia
del Sol de Medianoche

Bruna y Jac están sobrevolando los fiordos de Noruega con el Globus.

¡Son espectaculares!

Las montañas escarpadas están completamente verdes y el mar, azulísimo. Al fondo se vislumbra un pequeño pueblo pescador repleto de casitas rojas de ventanas blancas.

Los dos hermanos aterrizan en el muelle del pueblo. Justo cuando el Globus se detiene, Fritz salta al suelo y corre hacia una barca de madera. ¡Bruna y Jac lo persiguen, no vaya a ser que lo pierdan!

¡Haz clic para ver las casas!

Bruna

Nos hemos montado en la barca, donde había un Marinero que nos ha sonreído y ha puesto la barca en marcha.

¿A dónde nos llevaba?

Marinero

Nos ha contado que quería enseñarnos el lugar más mágico de Noruega… descubriríamos el sol de medianoche.

"¿Qué es el sol de medianoche?"

le he preguntado yo intrigada.

El Marinero me ha contestado que hoy era la celebración del Jonsok, que es como se llama el San Juan en Noruega, una tradición muy antigua. Que era una noche muy especial, que nadie se la quería perder, ni los animales. Y que en realidad hoy no oscurecería porque el sol no se pondría.

¡Uauuu!

¡Hoy no anochecería!

¡Qué pasada!

De repente han empezado a aparecer animales por todas partes:

¡águilas, zorros, renos, focas, y ballenas!

¡Y han rodeado la barca!
¡No me lo podía creer!

Todos nos hemos quedado embelesados mirando aquel espectáculo tan bonito. Hasta que el Marinero ha exclamado:

"¡Vaya, ahora no sé hacia dónde tenemos que ir!

Me he despistado y ¡he perdido el rumbo!"

Animals

¡Haz clic para escuchar
el ruido que hacen los animales!

Jac

Jac

He mirado a ambos lados para orientarme, pero no lo conseguía. Entonces he tenido una idea: ¡la brújula!
La he sacado de la mochila y enseguida he localizado el Norte.

¡Haz clic! Brúixola

El Marinero ha dejado que Bruna girase la barca y nos hemos orientado hacia la dirección correcta.

Pronto hemos llegado a un lugar impresionante desde donde se veía el sol de medianoche. Era el cielo más bonito que había visto nunca. ¡Los colores del sol se unían con la noche y las estrellas! El cielo tenía distintos colores, pasaba del azul, al rojo, al rosado, al naranja y después al amarillo. ¡Todos colores tornasolados que brillaban como si fueran velas!

Había muchas barcas y animales contemplando el cielo.
Todo el mundo en silencio, sólo observando.
Nunca habíamos visto nada tan espectacular.

Ooohhh...

Al cabo de un rato, hemos pedido al Marinero que nos acercara a tierra. Al llegar, hemos visto una hoguera ¡muy muy grande!

La gente bailaba a su alrededor con los brazos levantados y llevaban puestas coronas de flores.

Bruna, Fritz y yo también teníamos ganas de bailar y sin ninguna duda nos hemos unido al baile.

¡Qué divertido!

Después de tantas vueltas hemos descansado un poco y hemos charlado con la gente. ¡Hasta hemos probado una crema espesa que se remonta al tiempo de los vikingos.

Nosotros les hemos explicado que también celebramos la noche más corta del año, que la llamamos San Juan y hacemos hogueras como ellos, aunque no tan grandes…

¿y sabéis qué hemos descubierto?

¡Que las hogueras son tan grandes porque ayudan al sol a ser más fuerte durante el día!

¡Uaaaaau!

Aunque no había anochecido, era tarde. Así que hemos regresado a la barca con el Marinero para que nos acompañara al muelle, pero entonces ha ocurrido una cosa extraordinaria...

Bruna

Bruna

De repente nos hemos dado cuenta que la barca se levantaba. Subía y subía… ¿Qué estaba pasando? Hemos mirado hacia abajo y ¿sabéis qué había? ¡Una ballena!

Una balena

¡Sí, sí, como lo oís, una ballena enorme estaba arqueando la espalda y nosotros estábamos encima! ¡Qué impresión!

La ballena ha empezado a nadar, lentamente. Nosotros nos hemos quedado quietos como estatuas, notando el movimiento. La ballena ha nadado un buen rato hasta que de repente se ha parado. Entonces hemos oído un murmullo de agua.

Fritz

Fritz ha señalado hacia arriba. Hemos levantado la cabeza ¿y sabéis qué teníamos delante?

¡Unas cataratas enormes! Eran siete cataratas, estrechas pero altísimas, que caían al mar con mucha fuerza.
Y justo al otro lado había otra catarata, sola.

¡Caramba, oir el ruido del agua y verla cayendo por la montaña era muy bonito!

El Marinero nos ha explicado que las siete cataratas se llamaban “las siete hermanas”, y que la de la otra orilla se llamaba “el pretendiente”.

Según cuenta una leyenda noruega, el pretendiente era un chico que se quería casar con alguna de las siete hermanas, pero ninguna de ellas lo quiso.

Y el pretendiente todavía esperaba,
mirándolas desde el otro lado del valle.

Qué historia más romántica...

Jac

Jac

En ese preciso instante un grupo de focas que estaban acostadas en unas rocas, han saltado al mar y se han puesto debajo de las siete cataratas. ¡Han empezado a hacer volteretas dentro del agua y a bailar!

¡Haz clic
en las focas!

Han formado un círculo y han hecho el baile de medianoche, dando vueltas todas juntas y moviendo sus aletas.

Ver aquel baile desde encima de una ballena y con el sol de medianoche de fondo ha sido realmente precioso.

Nosotros nos hemos quedado de nuevo inmóviles, encima del mar, la ballena nos ha dicho adiós con la aleta y se ha marchado.

Esta vez sí que hemos vuelto a coger el Globus.
Cuando hemos llegado a casa estábamos cansados pero muy contentos. ¡Aquel San Juan había sido mágico! Y sin duda, la noche más corta del año que habíamos visto nunca. ¡Aunque, como nos lo habíamos pasado tan bien, se nos había hecho una noche larguísima!