Bruna y Jac han aterrizado con su globo en el mercado de Navidad de Viena.
¡Ooohhh...qué bonito!
Un mercado repleto de casetas de madera dónde venden todo tipo de decoraciones: calendarios de adviento, figuras de angelitos, campanas, estrellas,...
Hay muchísima gente paseando, comprando y comiendo.
¡Qué ambiente!
¡Y todo cubierto por la nieve y envuelto de guirnaldas con lucecitas!
Cuando hemos llegado al mercado me he quedado boquiabierta mirando un tenderete de comidas: salchichas, almendras garrapiñadas y unos gofres que goteaban mermelada de fresa por todos lados...
Mmm... ¡Qué olor tan bueno!
Me he dado la vuelta para llamar a Jac pero no estaba. ¡El corazón me ha dado un vuelco!
¿Dónde se había metido? Lo he buscado por todas partes pero había tanta gente que era imposible encontrarlo.
De repente ha aparecido un hombre que iba cargado de instrumentos musicales.
Llevaba un violín debajo el brazo, una trompeta colgada al cuello y una armónica en la boca.
Lo he seguido, arrastrada por una música maravillosa que flotaba en el aire.
Entonces Bruna nos ha encontrado a Fritz y a mí. ¡Estábamos bailando en medio de la plaza, rodeados por un grupo de músicos que cantaban villancicos!
Eran unas melodías preciosas, típicas de Viena.
Primero hemos bailado y después nos han dejado tocar instrumentos. Yo he tocado la flauta y Fritz el triángulo.
¡Ha sido muy divertido!